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Palatina

En el alma hay dos regiones cuyas diferencias de temperatura se manifiestan en el aparente llamado al silencio de la una y en la más abierta expresividad y exterioridad a que se aplica la otra. La primera, invitándonos, abriéndonos con su silencio y hospedando ella misma los vientos vinculares que la habrán de trascender.

Cada Vida tiene esa región del alma oscura, profunda, permanente, que la identifica en origen y la sostiene en esfuerzos y avatares.

Esta región no reconoce personalidad y por ello no se la reconoce. Sólo se la reconoce por su identidad, callada, inviolable. inalterable, permanente. Nunca muere, ni aún muertos.

La región superior de este océano de sangre se regala y por ello pertenece al Ángel del Amor que nos cohabita, nos enciende para el Amor e ilumina nuestros destinos.

Hay un momento, al final de los ciclos, donde el espíritu vincular se va al fondo de ese océano para invitar a esas aguas profundas a aflorar; ocupando su lugar con el mismo silencio con que ellas durante milenios asistieron elevación de nuestros esfuerzos.

La obra de Odell acerca esas aguas, esas profundidades, esas identidades reveladas en el tejido que bordaron ambos: marcos vinculares y parentales; ahora en conjunto reveladas; pero guardando ahora el vínculo el mismo silencio que antes le había sido regalado para asistir su Amor.

Esos tejidos revelados tienen la misma levedad que cabe para seguir ocultando la extraordinaria e inefable energía de esas aguas profundas intercambiando delicadísimos y discretísimos vinculos con el mundo superior ya develado.

Naturaleza interior y dinámica interior en todos los estratos que dentro del alma siempre apreciaron los mil encuentros energéticos que suscitaba el ánimo vincular. Hoy, en su aparente ausencia, en su economía existencial, devuelve sus aprecios a esas aguas profundas que una vez lo hospedaron.

Hablar de esos encuentros sólo es dable y bien regalado, cuando alcanzan a traducir esa inconmensurable energía y materia prima, con la delicadeza natural de la mujer, en elegancia de presentación extraordinaria.

No es Arte que responda a convenciones, sino a convecciones internas naturales positivas.

1636, José Antonio Leunda, A.R., Estela Livingston y Alflora Montiel.

Mañana, lunes 8 de Noviembre, es el último día para ver esta muestra en

Anteriores aprecios a mi Querida hermana del Alma vienen regalados en los siguientes hipertextos: http://www.amoralhuerto.com.ar/or1.html http://www.amoralhuerto.com.ar/or2.html http://www.amoralhuerto.com.ar/or3.html

7/11/10

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