Señala David Miller al hombre en el interior de Psijé.

Sentir el aire y el fuego de la humedad, ya no será un problema, sino "un misterio terrenal".

Reitera: Psijé como mariposa es la forma de estar en el hogar, en entrejuegos  de aires.   Algunas de ellas, llamadas a la luz del fuego.
Las mariposas están a gusto en sombras; y muchísimo en el hogar, como para querer volar demasiado alto,

Así también Aqueloo, el mayor de los hijos de Tetis y Océano, río de los ríos, es la forma de estar en el hogar, en entrejuegos de humedad.

Él es el Dios y padre de Castalia, el que resiste al ego de Apolo, y llega a ser  fuente de las Musas. Su creatividad, siempre en primavera.

Él mismo resistió las heroicas tareas de Heracles, y aunque no pudo con él, quedó por ésto mismo relacionado eternamente con la tierra, antes que con el cielo.

 

 
 

 

Te daré un corazón de piedra para luego darte un corazón de carne

Penosísima escisión entre el espíritu en el alma  y  E-Go.

A la vez, poiesis para perforar el ineludible pozo poético y salir en penuria y en amor propio, por el lado de abajo.

Desestructuración nuclear; hasta morir y resuscitar. Y a ello enviado.

 

Y te enviaré al vientre del padre
 

Cuasi maldición que festeja a ese nuestro oculto meollo.

Materia prima que siempre calla; que sostiene cual cimiento e irriga cuerpo y alma con su savia.

Que desde vientre y genitales, en profundo amor propio, permanece y labra.

Al que quien habla, Psijé, siempre en estos tiempos suele endilgar menosprecio y falla.

De inventiva suya, reiteramos: el Ello y el Superyo que con coherencia, de Psijé y desde Psijé, desde el espíritu en el alma hablan.

 

Tus manos te bastarán

Su huella en esta tierra, ahora resuscitado, no será simple poiesis. Sino poieo y tikto  primigenios.

Originarios de toda heredad: “trabajo” y “trabajo”. Las dos onomatopeyas con que los griegos llamaban al trabajo.

En espontaneidad, privacidad y afectividad, trabajo; ahora en resuscitados amanecido y en dulce oficio regalado.

 

 

 

Paisajes del diafragma

Bastaría con vivir algunos descalabros y localizaciones que narro, para patenciar que Cuerpo y Alma, son una sola y la misma cosa. Con lugar suficiente para hospedar amores :

transitivos e intransitivos;
vinculares y parentales;
constituyendo trascendencia
en constituídas inmanencias;

vientos para autoestima
y cimientos para amor propio

arriba y abajo,
espíritus y savias.

Espíritu Persona y E-Go Profundo
personalidad y profundidad en E-Go
ex-sistencia e in-sistencia
presunción y sub-sistencia
autoestima y amor propio
femenino y masculino
lo visible y lo oculto
aliento y seguimiento
Psijé y Eros
mar y monte.

De su unión nace una hija llamada Placer.
Sus abismos encimados engendran Bi-os.
Su fotosíntesis genera verdura.
Sus apareamientos, prodigalidad.

Sus separaciones, desierto; y sol por donde desciende sabiduría.

Antiguos Paraísos perdidos que solicitan y asisten nuestro trabajo “poético”.
Aquí: afectividad, espontaneidad, privacidad... y tus manos,
...te bastarán.

Primarios embelesos de arquetipo colectivo que un día, más allá de la locura, en la Aurora nos descubre criaturas;
y ella misma, personalísimo arquetipo vincular; donde relativo y absoluto se tocan y buscan reencontrar.

La ley del “nada se pierde, todo se transforma”, resulta obvia cuando razón parental y razón vincular rescatan en aprecios cercanía.

Bastante, empero, amenaza perderse cuando estas razones luchan y divorcian.
Aquí tallan, aun desde supuesto olvido, ocultas, las arcas.

Que más allá y más acá del viento, las raíces y las savias, aunque siempre ocultas, sostienen en esfuerzo permanente guardia.

Psijé, el espíritu que sopla, alienta y trasciende al parecer todas las esencias, no puede impedir frente a la muerte que aflore finalmente lo inmanente en nos;
y de mil formas nos cimiente, nos irrigue y silencioso sea: “res” medular; “carne sensible”, en más que un eurístico presente.

 

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