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Breves textos compilados desde Internet que pudieran resultar útiles al reconocimiento primario de estas tribus.
 

El gran protagonista de las grandes conquistas mongolas fue Temujin, nacido en 1167 en una familia perteneciente a la aristocracia nómada. Su ascenso fue lento, huérfano a los nueve años no fue reconocido como jefe de su tribu debido a su juventud; junto con su madre y sus hermanos sobrevivió en la región del alto Onon pasando toda clase de vejaciones y humillaciones.

Unas primeras acciones guerreras de carácter secundario le dieron un sólido prestigio, hasta que tras veinticinco años de luchas encarnizadas le permitieron en la gran asamblea de tribus mongolas de 1206 ser reconocido como Gengis-Kahn o soberano universal.

Su obra fundamental fue la conversión de las tribus mongolas, que en su conjunto no llegaban a 2 millones de personas, en la máquina de guerra más eficiente conocida hasta aquel momento. Como mucho pudo contar con 300.000 guerreros fieles a su persona y sobre todo a un código militar (Jassa) que castigaba la más mínima indisciplina con la muerte.
 
Como nuevo soberano del universo, Gengis-Khan tuvo en sus manos una caballería muy bien adiestrada, pero se vio obligado a dejar en manos de los siervos la tarea esencial de apacentar el ganado. Lo fundamental de su obra consistió en transformar por vez primera una nación nómada en un Estado, tratando de mezclar a las comunidades étnicas a las que sometió destruyendo el antiguo orden social, dando así lugar a una nueva realidad del pueblo mongol.

Para realizar esta tarea organizativa distribuyó a la población del nuevo imperio en una red de unidades decimales muy estructuradas, a la vez que recurrió a los letrados "uigures" para formar un aparato administrativo permanente. Todo ello acompañado de una política de tolerancia religiosa y de fomento del comercio internacional.

Las conquistas de Gengis-Khan fueron de tal envergadura, que llegaron a invadir Japón y Java treinta años después de que sus ejércitos se detuvieran en las fronteras del imperio alemán. Su genio militar tuvo a favor la ventaja geográfica de la estepa, y la debilidad y confusión de los Estados a los que atacó y destruyó.
Gengis-Khan, un año después de haber sido reconocido jefe supremo por la Asamblea general de las tribus mongolas, comenzó en 1207 su primera campaña de conquista contra el Estado de Hsia-Hsia (actual provincia china de Kamsu), al que obligó a pagar tributo.

En 1210 atacó al Remo Chin, y en 1215 conquista Pekín; en 1218 destruye el poder del príncipe cristiano nestoriano Kutchlung, de la tribu mongola de los naimam; tras conquistar el Turquestán oriental, el imperio mongol establece su frontera junto al Reino de Khorasan; 1220 es el año de la conquista de Bujara, Samarcanda, del sultanato de Jorezm, y un año después de Afganistán.

Entre 1221 y 1223 sus generales Nojon Cepe y Subodai destruyen el reino cumano del sur de Rusia, y a un ejército ruso en la batalla de Kalka.
La muerte de Genghis-Khan en 1227 modificó el ritmo de las conquistas, ya que cada uno de sus cuatro hijos -Yet-tchi, Yagathai, Ogodei y Tului- recibió un "ulus" o confederación de tribus, si bien en 1229 es elegido Gran Khan su tercer hijo Ogodei (1229-1241), el cual desde su nueva capital, Karakorum, ordenó se realizase por primera vez un censo en el imperio, creo un servicio de correos e impulsó sobre todo la continuación de las conquistas por Occidente.

Fue la época en que conquistó el Irán, Georgia (1236), la Gran Armenia (1239) y la parte más oriental de Asia Menor (1243); ya en territorio europeo vencieron a los búlgaros y a los turcos del Kiptchak. En la campaña de 1240-41 saquearon Kiev y Cracovia; el ejército de los príncipes alemanes y polacos es derrotado en Liegnitz y el ejército húngaro en Sajó, siendo saqueada Pest, mientras un grupo de mongoles llegaron al Adriático a la altura de Split, en la costa Dálmata.

A la muerte de Ogodei, en 1241, se abrió un interregno de cinco años, hasta que su hijo Guyuk fue elegido Gran Khan en 1246. La muerte de éste en 1251 inició el proceso de detención de las grandes conquistas, si bien todavía en 1258 Bagdad fue saqueada y se conquistó el sur de China.
 
El gran imperio de los mongoles se dividió definitivamente hacia 1260 en cuatro grandes áreas, según lo previsto en los repartos anteriores: La Horda de Oro (la más occidental), el khanato de los Iljamíes de Irán, el de Yagathai en Asia Central y el imperio chino.
 
A partir de finales del siglo XIII la presencia mongola en las áreas limítrofes dominadas se irá desintegrando lentamente hasta su colapso final. En los imperios sedentarios los mongoles vieron desvanecerse su poder en menos de un siglo. Mientras que en los khanatos constituidos sobre áreas menos urbanizadas y sociedades más sencillas, como en el caso de Kiptchak y Yagathai, el dominio mongol perduró más de doscientos años.

La supremacía mongola produjo una mezcla de culturas a una escala sin precedentes hasta entonces, dando lugar a la llamada "Pax mongolica" por la que se estableció una especie de complementariedad entre el pueblo mongol nómada y las sociedades campesinas y comerciales conquistadas.

Las conquistas mongolas señalaron el final de un largo periodo de relaciones entre poblaciones sedentarias y nómadas. A partir de entonces la pólvora y las armas de fuego cambiaron el modo de hacer la guerra, quedaban superados como factores decisivos la puntería de los arqueros y la velocidad de sus caballos, sobre los que se había sustentado el predominio mongol en el siglo XIII y parte del XIV.

Este pueblo nómada de las estepas eurasiáticas fundó en el siglo XIII, bajo el liderazgo de Gengis Khan, el mayor imperio de la historia.
Eran una tribus de jinetes nómadas de las estepas del Asia Central,  su lugar de origen coincide aproximadamente en la actualidad con la república de Mongolia y las franjas meridionales de Siberia.

En el siglo XIII, bajo el liderazgo de Gengis Khan protagonizaron un movimiento de expansión de tal magnitud, que el imperio mongol llagó a extenderse desde China por el Este, a Rusia y el imperio islámico por el Oeste.


Los mongoles antes de Gengis Khan
Los pueblos mongoles pertenecen al amplio grupo de pueblos mongoloides, del que también forman parte chinos, japoneses, coreanos, thais, etc. Su medio geográfico configuró una forma de vida nómada, basada en el pastoreo de cabras, ovejas y caballos, muy similar a la de otros pueblos esteparios, como los turcos y los tunguses (manchúes), con los que también comparten una filiación lingüística (lenguas uralo-altaicas). Parece que su hábitat original se situaba en las llanuras al sureste del lago Baikal, aunque algunos grupos se extendieron al norte del mismo, en la taiga siberiana, donde vivían de la caza.

Su forma de vida motivó la extremada sencillez de las sociedades mongolas. Agrupados en tribus, vivían en tiendas que transportaban consigo en sus desplazamientos en busca de nuevos pastos, no practicaban la agricultura ni tenían ciudades o asentamientos permanentes. El chamanismo y la veneración de los fenómenos naturales constituían sus principales prácticas religiosas.

Estas circunstancias motivaron el que los mongoles raramente fundaran Estados, aunque se dieron algunas excepciones. Como otros pueblos nómadas, los mongoles eran excelentes arqueros y jinetes. Convertidos en una fuerza guerrera, su extremada movilidad y velocidad hacía de ellos una seria amenaza para cualquier ejército.

Gracias a ello consiguieron fundar efímeros Estados en diversas épocas, como el reino de Yen (siglo IV), el imperio juan-juan (siglos V y VI) o el de los kihtan (siglos X y XI) al norte de China, o el de los kara-kitai (siglos XI y XII) en Asia Central. A causa de la inestabilidad interna y de la presión de otros nómadas, frecuentemente azuzados por el imperio chino, estos Estados solían desaparecer rápidamente, y las tribus mongolas volvían a su existencia errante.

Gengis Khan
En 1196 Temuyin, un jefe de clan mongol, fue elegido khan o kan (soberano) por una asamblea de las tribus. En pocos años sometió a su autoridad a todas las tribus turcas y mongolas que vivían en torno al Baikal, y en 1206 fue proclamado khagan (soberano supremo) por todas las comunidades, y adoptó el nombre de Gengis Khan (soberano universal).

Organizó su nuevo Estado sobre dos pilares. El ejército fue dividido en tres tipos de fuerzas: una caballería pesada para romper las formaciones enemigas, una caballería ligera (la especialidad mongola), que con sus continuos y rápidos ataques y retiradas hostigaba y debilitaba al enemigo hasta vencerlo, y cuerpos auxiliares de ingenieros e infantería, normalmente reclutados entre los pueblos sometidos, y empleados en los asedios de ciudades.

Los hombres eran repartidos en nuevas unidades, rompiendo las tradicionales agrupaciones tribales, lo que daba cohesión al conjunto, reforzado por la presencia de los 10.000 bahadur, la guardia personal del Khan. La movilidad y sobriedad de este ejército y la organización de un eficaz sistema de correos (yam) permitían desplazar rápidamente grandes contingentes de tropas a lo largo de enormes distancias y concentrarlas por sorpresa contra el enemigo, con efectos devastadores.

Por otro lado, la yasa era la ley imperial que daba cohesión y organizaba el conjunto de las Instituciones del Imperio. La soberanía era electiva dentro de la familia de Gengis Khan, cuyos miembros acaparaban los máximos poderes civiles y militares. La cancillería imperial y el tribunal supremo eran dirigidos por mongoles. El Imperio se dividía en distritos militares, y los jefes del ejército, miembros del gran consejo imperial, se encargaban también de la administración, auxiliados por una numerosa y eficiente burocracia, escogida entre los pueblos sometidos.

Con estos elementos, los mongoles emprendieron una espectacular serie de conquistas. En 1209 sometieron el reino tungús de Xixia, después conquistaron el norte de China hasta Pekín (1215). Gengis Khan obtuvo el vasallaje pacífico de los kara-kitai (1218) y atravesó sus tierras en 1221 para conquistar el sultanato turco musulmán de Jwarizm (noreste de Irán).

Combinando la tolerancia con las poblaciones sometidas pacíficamente y la mayor crueldad con los enemigos vencidos, convirtió el terror en un arma tan eficaz como su ejército. Sus lugartenientes Subotay y Djebe realizaron una incursión al sur de Rusia, venciendo a los cumanos y los rusos en Kalka, en 1223.

Sus primeros sucesores
A la muerte de Gengis Khan (1227) el imperio, que se extendía desde Manchuria hasta el mar Caspio, estaba repartido entre su hijos, bajo la soberanía del Gran Khan. En 1229 la asamblea de los nobles mongoles eligió para este puesto a Ogodei. este continuó las conquistas mientras organizaba el imperio, estableciendo ¡a capital en Karakorum (1235).

El imperio Km del norte de China fue totalmente conquistado (1234), así como gran parte de Persia (1239). Batu, sobrino de Ogodei, acompañado por Subotay y Mangu, marchó sobre Occidente, destruyendo a los búlgaros del Volga (1236), aplastando a los rúsos y tomando Kiev (1240). Atacó entonces Polonia, Hungría y Alemania, llegando hasta el Adriático (1241). Pero cuando iba a atacar Viena, la noticia de la muerte de Ogodei le hizo volver rápidamente a Karakorum para defender sus derechos al trono.

Tras un periodo de minorías y regencias (1241-51), durante el reinado de Mangu Khan (1251-59) el imperio alcanzó su máxima extensión. Su hermano Hulagu, gobernador de Persia, acabó con la secta de los asesinos (1256) y conquistó todo Irak, ejecutando al último califa de Bagdad (1258), pero fue vencido por los mamelucos de Egipto en Am Yalut (1260).

Kublai Khan y la disgregación del Imperio
Kublai, otro hermano de Mongu, encargado de la conquista del Imperio chino de los Song, fue elegido Gran Khan (1260-1294). En seguida trasladó su capital a Pekín, llamada Kanbalik. Desde allí completó la conquista de toda China (1279) y envió expediciones contra Japón, Indochina e Indonesia.

Bajo su reinado y el de sus sucesores, el Imperio chino-mongol alcanzó una gran prosperidad, gracias al orden interno y a que la tolerancia y la pax mongolica impuestas sobre gran parte de Asia favorecían enormemente el intercambio de ideas y mercancías.

Fue en esta época cuando el famoso viajero veneciano Marco Polo llegó a la corte del Gran Khan, donde recibió cargos y honores. También llegaron otros comerciantes y misioneros, como el franciscano Ruysbroek.

Pero también en esta época comenzó la disolución del inmenso Imperio. La smización del Khan y de la dinastía Yuan por él fundada hizo que otros miembros de la familia se rebelaran contra su autoridad. Su nieto Kaidu fundó un kanato independiente en Asia central, que sólo fue sometido por Timur (1295-1307), sucesor de Kubiai, que no pudo impedir sin embargo la pérdida de control sobre los khanatos o khanatos occidentales. La misma dinastía Yuan fue derrocada en China por los Ming (1368) y sus descendientes se retiraron de nuevo a Mongolia.

Los khanatos de Asia central y occidental

A partir de 1260 el imperio se había convertido en una federación de khanatos, bajo la soberanía cada vez mas teórica del Gran Khan, frecuentemente enfrentados entre sí.

En Asia central, el kanato de Yagatay, tras una fase de expansión, comenzó su declive a la muerte de Kaidu (1301), mientras se turquizaba e islamizaba progresivamente. Tras sufrir el embate de Tamerlán (finales del siglo XIV) y la presión de los rusos, se dividió en varios khanatos que fueron progresivamente absorbidos por el Imperio ruso (siglos XVI-XX).

Al oeste, el khanato de Quipcap o de la Horda de Oro, en Siberia occidental, impuso su autoridad a los principados rusos y llegó a amenazar Bizancio. Islamizado superficialmente, se alió con los mamelucos, ayudando a su victoria en Am Yalut. Debilitado por la rebeldía de los príncipes de Moscú (1380) y la derrotalrente a lamerlán (1395), perdió definitivamente el control sobre Moscovia en 1480, y se escindió en los khanatos de Kazán, Astrakán y Crimea. El último de ellos logró resistir el expansionismo ruso hasta fines del siglo XVIII.

Las conquistas de Hulagu en Persia llevaron a la fundación del Imperio de los llkharies o Iljanes. Éstos, tras algunos intentos de alianza con la cristiandad europea contra los mamelucos y los príncipes musulmanes de Siria, acabaron convirtiéndose también al islam a finales del siglo XIII. Esto no impidió la disgregación de su imperio a la muerte de Abu Said (1335).



Udaipur

Posiblemente en el Rajasthan no exista ninguna ciudad tan romántica como Udaipur, aun cuando el Estado está repleto de fortalezas en las alturas de los riscos, palacios exóticos que parecen sacados de un cuento de hadas y fascinantes leyendas de la caballería y el heroísmo medievales. A los pintores impresionistas franceses, y ya no digamos los hermanos Grimm, les habría encantado este lugar, y no es en vano que Udaipur fue bautizada como la «Venecia de Oriente».

Jaisalmer es, sin duda alguna, el «Beau Geste» del desierto; Udaipur es el Versailles. Fundada en 1567 por el maharajá Udai Singh a continuación del saqueo definitivo de Chittorgarh a manos del empleador mogol Akbar, Udaipur, por su amor Rajput por lo extraño y su sofisticada elegancia, es equiparable a cualquiera de las célebres creaciones de los mogoles. El Palacio del Lago es, sin duda, el mejor y último ejemplo de este movimiento cultural, pero Udaipur está llena de palacios, templos y havelis que oscilan de la modestia a la extravagancia.

El orgullo de la ciudad es su legado como centro de las artes escénicas, la pintura y la artesanía. Y, puesto que el agua es relativamente abundante en esta parte del Estado (aunque periódicamente se registran sequías), abundan los parques y jardines, en especial a la orilla del lago.

Hasta tiempos recientes, los sectores más altos y deshabitados de la ciudad estaban cubiertos de bosque pero, al igual que en el resto de la India, la mayor parte del mismo ha sido convertido en leña. Existe, sin embargo, un movimiento encaminado a combatir este proceso de deforestación.

En el pasado Udaipur estaba circundada por murallas, si bien todavía subsisten las puertas y parte de los muros en las estribaciones más altas del risco. Es una pena que el destino se haya ensañado de este modo con un lugar histórico como éste, pero la esencia aún permanece.

Al igual que todas las urbes indias, el complejo urbano e industrial de Udaipur se extiende más allá de los límites originales de la ciudad, y la contaminación es un problema preocupante. Ésta será la primera impresión que tendrá de Udaipur si llega a la estación de ferrocarril o a la parada de autobuses. Ignórela y diríjase hacia la ciudad antigua, allí le aguarda un mundo distinto.
 


Los Timúridas

La desintegración del Imperio mongol dejó un vacío de poder en Asia Central del surgió uno de los más notorios constructores de imperios de todos los tiempos, Timur, conocido popularmente como Tamerlán.

Probablemente nació hacia 1320 en la tribu mongol de Barlas, que competía por el poder en la región alrededor de Kesh (Shahr-i Sabz), al sur de Samarcanda. Luchó por el poder y en parte lo aseguró casándose con la realeza, es decir, con una mujer que descendía de Gengis Khan.

Establecer un linaje ligado a Gengis Khan era una de las claves para tener éxito en la política centroasiática. Hacia 1370, Timur había establecido su capital en Samarcanda. Pasó gran parte de su vida batallando, extendiendo su control sobre Irán e Irak, destruyendo las ciudades de la Horda de Oro en 1395 y el sultanato de Delhi en 1398, y venciendo al sultán turco Otomano en la batalla de Ankara en 1402.

Enfurecido por los insultos de la recién establecida dinastía Ming en China, en 1405 Tamerlán se dispuso a conquistar China, pero murió antes de llegar allí.

Aunque algunas de las imágenes populares del impacto de Tamerlán son montones de calaveras, tendemos a recordarle, a él y a sus sucesores, como unos de los mayores patronos de las artes islámicas en Asia Central y Oriente Medio.

Siguiendo el esquema de los anteriores conquistadores, reclutó artesanos y promovió el desarrollo urbano en las ciudades que eran importantes para él, especialmente Samarcanda.

Esta ciudad, que ya había sido importante en tiempos de Alejandro Magno, floreció durante siglos bajo los sogdianos. Más tarde entró en decadencia, fue diezmada por la invasión mongol a principios del siglo XIII, y finalmente entró en una época gloriosa bajo Tamerlán.

El embajador español a Tamerlán, Ruy González de Clavijo, que la visitó en 1404, ha dejado una detallada descripción del floreciente comercio y de las artes de la ciudad. Las mercancías llegaban de todo el Oriente medio, de Rusia, la India y especialmente de China.

Esta afluencia de riqueza permitió a Tamerlán patrocinar importantes proyectos arquitectónicos, que todavía pueden verse en el complejo de mausoleos de Shah-i Zinda, la mezquita de Bibi Khanum y el mausoleo familiar donde el mismo Tamerlán fue enterrado, el Gur-i Mir. El estilo arquitectónico de estos edificios fue el que prevaleció en el Oriente Medio iraniano.

Después de la muerte de Tamerlán, la capital se desplazó a Herat, donde a lo largo del siglo XV el patrocinio real respaldó notables escuelas de literatura y pintura. Esto permitió una edad de oro de la miniatura persa que continuó siendo importante bajo la administración del nieto de Tamerlán, Ulugh Beg, conocido por sus logros educativos y científicos.

Su observatorio se basaba en los antiguos modelos establecidos por los Ilkhánidas en el norte de Irán y se convirtió en el más importante del mundo islámico. La precisión de sus mediciones astronómicas no fue superada hasta la aparición del telescopio en el siglo XVII.

Las artes bajo los Timúridas son de particular interés para la historia de la Ruta de la Seda. Muchos motivos decorativos chinos entraron en las artes visuales de Oriente Medio en este periodo. Gracias en parte a la grandes flotas-tesoro de los Ming, la porcelana china azul y blanca inundó la región y tuvo un impacto substancial en el diseño de la cerámica islámica.

Las lacas chinas influyeron en los alicatados y la talla de madera, y la pintura china sirvió como modelo para la miniatura islámica. Los miniaturistas persas de las cortes Timúridas copiaron incluso imágenes de figuras religiosas pero, por supuesto, les despojaron de su contenido sacro.

El último capítulo del legado Timúrida se escribió en la India Mogol en los siglos XVI y XVII. Los Mogoles descendían de los Timúridas y nunca olvidaron la capital ancestral Samarcanda.

En la década de 1620 encontramos al emperador Mogol Jahangir recibiendo a un autor de Samarcanda, preguntándole sobre el Gur-i Mir, y prometiendo pagar por su mantenimiento. Esta tumba ancestral fue una inspiración para los maravillosos mausoleos Mogoles, el más significativo de los cuales fue, por supuesto, el Taj Mahal.

  La lengua tártara forma parte del grupo occidental de lenguas túrcicas de la familia altaica. En un principio, el término "tártaro" se utilizaba indistintamente para referirse tanto a la población de habla turca como de otra lengua. Más adelante, tras la llegada del Islam, los rusos comenzaron a denominar "tártaros" a todos los musulmanes.

En la antigua Unión Soviética, con este término se aludía a los numerosos pueblos turcos diseminados por su territorio, entre los que destacan los tártaros de Kazán y los tártaros de Crimea. A los pueblos turcos de Siberia, esto es, los jakas, los shors, etc., también se les conocía conjuntamente como "tártaros siberianos". Del mismo modo, el nombre "tártaro" se relacionaba con los nogai, pero en la actualidad se aplica exclusivamente a los tártaros de Kazan. 
La palabra tiene una connotación negativa pues procede de la palabra latina y griega tartarus, que significa infierno. Por lo tanto, el término tártaro se usaba para describir a gente salvaje y violenta.



Las primeras referencias a los tártaros proceden del Codex Cumanicus, de 1303. Con anterioridad a esta fecha, su nombre aparece relacionado con un pueblo no turco, probablemente de origen mongol; así lo atestiguan las inscripciones en turco antiguo y las crónicas chinas. Después de la invasión mongol, se llamaba tártaros al conglomerado de pueblos que vivían dentro de los confines del reino de la Horda de Oro, en especial los kipchakos turcos o cumanos, padres de los tártaros modernos.

En las antiguas crónicas rusas, a los cumanos se les denomina generalmente "polov'tsii". La lengua del Codex Cumanicus, un glosario bajo latín-persa-cumano recopilado por frailes franciscanos en las regiones de Crimea y el Volga, es afín al tártaro de Kazan, al que podemos considerar su precursor directo. Tras la caída del reino kipchako de la Horda de Oro, el janato de Kazán (1445-1552) ocupó su lugar en la región del Volga-Kama.

El término tártaro tiene varias connotaciones:

  • Globalmente se ha usado para incluir a todos los musulmanes túrcicos que habitan desde Ucrania y Crimea hasta Asia central, pasando por la región inferior del Volga.
  • Con más precisión se ha usado para designar a los Estados que sucedieron a la Horda Dorada, los janatos de Astrakán y Kazán en el curso inferior del Volga, a sus pueblos y sus lenguas.
  • Actualmente se designa a los habitantes de la República de Tartaria, incluyendo a sus vecinos que viven en regiones adyacentes, como baskirios, chuvasos y morduinos, así como sus lenguas.

En la ex-unión Soviética se refería a ciertos grupos túrcicos, como los tártaros de Crimea y los tártaros baraba en Siberia.



La Horda de Oro

u Horda Dorada fue un estado mongol que abarcó parte de las actuales Rusia, Ucrania y Kazajistán tras la ruptura del Imperio Mongol en la década de 1240.
Se cree que la denominación "dorada" viene del código direccional de colores en la estepa: el norte equivaldría al negro, azul al este, rojo al sur, blanco al oeste y amarillo (o dorado) al centro.

Según otras versiones, el nombre habría derivado de una suntuosa tienda dorada que Batu Jan levantó para marcar el lugar de su futura capital sobre el Volga. Aunque tuvo su máxima difusión en obras del siglo XIX, esta teoría está hoy considerada como apócrifa.

No hay testimonios escritos fechados antes del siglo XVIII (bastante después de su caída) que se refieran al estado como Horda de Oro. Documentos más antiguos denominan a este régimen Ulus de Jochi.

Algunos expertos prefieren emplear un nombre alternativo —Janato de Kipchak (o Qipchaq)— pues se aplicaron al estado nombres derivados de Kipchak (cumanos) en escritos medievales.

 

 Orígenes mongoles

Antes de morir, Gengis Khan dividió el Imperio Mongol entre sus cuatro hijos .Yochi era el mayor, pero también había fallecido y su paternidad estaba en entredicho, de modo que las tierras conquistadas más occidentales, hoy sur de Rusia, se dividieron entre sus hijos, Batu, líder de la Horda Azul (este), y Orda, líder de la Horda Blanca (oeste).

Batu logró controlar la parte correspondiente a Orda y subyugó el litoral septentrional del Mar Negro, incorporando a los pueblos turcos nativos de la zona a su ejército. A finales de la década de 1230 y a principios de la de 1240, condujo una serie de campañas brillantes contra la Bulgaria del Volga y los estados sucesores del Principado de Kiev.

Mientras que Ugedei y sus sucesores completaban la conquista de Asia oriental, los mongoles a las órdenes de Batu se dirigían al oeste hacia Europa. En 1237, los ejércitos de la Horda Azul de Batu saquearon la mayoría de las ciudades de la región de Vladímir-Suzdal y tres años después hicieron lo propio con Kiev; siguiendo hacia el oeste, tras las batallas de Legnica y Muhi, entraron en Polonia, Bohemia, Hungría y el valle del río Danubio.

Sin embargo, en 1241 el gran jan Ugedei murió en Mongolia y Batu desmanteló el asedio que había organizado en torno a Viena para participar en la sucesión.

Batu Jan creó la Horda de Oro, estableciendo su capital tributaria en Sarai en 1242, que controlaba el curso inferior del Volga. Antes de 1241 sus ejércitos habían alcanzado la costa del mar Adriático, preparados para la invasión de Europa occidental.

Desunida y mal preparada para resistir a la Horda de Oro, Europa se salvó sólo por la muerte del Gran Jan Ugedei en 1241. Después, Batu Jan se retiró con sus fuerzas al sur de Rusia con el fin de participar en la elección de un sucesor.

Poco después, la Horda Azul se dividiría cuando el hermano menor de Batu, Shayban, abandonó el ejército para crear su propia horda al este de los Urales, entre los ríos Ob e Irtysh.

La Horda de Oro dominó hasta finales del siglo XV lo que hoy es el sur de Rusia. Los mongoles impusieron un sistema burocrático y formas de recaudación de impuestos que mostraban la influencia de los métodos chinos adoptados por sus hermanos de Asia oriental. A finales del siglo XIV, los rusos parecían estar preparados para derrotar a la Horda de Oro.

La victoria del gran príncipe de Moscú Dmitri Donskoi sobre los mongoles en 1380 marcó el fin del poder mongol, a pesar de que durante un tiempo la balanza se inclinó a favor de los mongoles por la intervención del conquistador Tamerlán.

Sin embargo en 1395 éste inició la conquista de la Horda de Oro, que a su muerte quedó dividida en cuatro kanatos independientes: Astraján, Kazán, Crimea y Siberia, eliminando así un gran obstáculo para el ascenso del principado moscovita. En 1480, al negarse a seguir pagando tributos a la Horda, Iván III el Grande, gran príncipe de Moscú, terminó con la dominación mongol del sur de Rusia.

Edad dorada

Serie
Historia de Mongolia

Antes de Gengis Jan

Imperio Mongol

Janato de Chagatai

La Horda de Oro

Iljanato

Dinastía Yuan

Yuan del Norte

Oyirad

Imperio Jüün Ghar

Dinastía Qing

Mongolia Independiente

Mongolia Interior

República de Buryat

Kalmykia

Línea de tiempo

La Horda perdió rápidamente su carácter exclusivamente mongol. Con los descendientes de los guerreros mongoles de Batu formando parte de la clase dirigente, la mayor parte de la población estaba formada por cumanos, tártaros búlgaros, kirguizes y otros pueblos turcos.

Organización interior

El líder supremo de la Horda era el jan, escogido por kurultai entre los descendientes de Batu Jan. El primer ministro, también de etnia mongola, era conocido como "príncipe de príncipes", o beqlare-beq. Los ministros eran denominados visires. Los gobernantes locales, o baskak, eran responsables de la recaudación del tributo y de aplacar el descontento popular. Las administraciones civil y militar, como poder, no estaban separadas.

La Horda evolucionó en forma de una cultura consolidada más que nómada, transformándose Sarai en una urbe populosa y próspera. A principios del siglo XIV, se trasladó la capital cierta distancia río arriba a Sarai Berqe, que llegaría a ser una de las mayores ciudades del mundo medieval, con una población estimada de 600.000 habitantes (Enciclopedia Britannica de 2004).

Pese a los esfuerzos rusos por cristianizar en Sarai, los mongoles persistieron en sus creencias animistas hasta que Uzbeg Jan (1312-41) adoptó el Islam como religión de Estado. Varios líderes rusos, Mijaíl de Chernigov y Mijaíl de Tver entre ellos, fueron asesinados en Sarai por su rechazo a adorar ídolos paganos; sin embargo, los janes fueron por lo general tolerantes e incluso eximieron a la Iglesia Ortodoxa Rusa del pago de impuestos.

Vasallos y aliados

La Horda exigía tributo de sus pueblos sometidos (rusos, armenios, georgianos y griegos crimeanos). Los territorios cristianos eran consideradas áreas de poco interés mientras siguieran pagando su tributo. Los estados vasallos nunca se incorporaron de hecho a la Horda, y los líderes rusos pronto obtuvieron el privilegio de recaudar el tributo tártaro por sus propios medios. Para mantener el control sobre Rusia, los señores guerreros tártaros llevaban a cabo periódicamente campañas de castigo sobre los principados rusos (los más graves ocurrieron en 1252, 1293 y 1382).

Existe la teoría, propagada principalmente por Lev Gumilev, de que la Horda y los políticos rusos firmaron una alianza defensiva contra los caballeros teutones y los lituanos paganos. Los entusiastas de este punto de vista señalan el hecho de que la corte mongola estuviese frecuentada por príncipes rusos, como Fiodor el Negro de Yaroslavl, que estableció su propio ulus cerca de Sarai, y Aleksander Nevski de Nóvgorod, que juró amistad con el sucesor de Batu, Sartaq Jan. Aunque Nóvgorod nunca reconoció la influencia de la Horda, un contingente mongol apoyó al principado en la Batalla del Hielo.

Sarai emprendió un comercio activo con los emporios genoveses del litoral del Mar Negro. Los mamelucos de Egipto eran los socios comerciales y aliados estables de los kanes en el Mediterráneo.


Raíz metafísica del conflicto

En los Balcanes la muerte siempre se impuso a la deslumbrante naturaleza. La guerra que se está viviendo es una más -y tal vez no la única- de las muchas que se libraron en este sitio que los sultanes otomanos llamaron "las montañas arboladas".

En el siglo X a.C., estas bellas cumbres virginales albergaron a los ilirios, un pueblo de pastores de origen indoeuropeo, que fueron sus primeros, casi desconocidos pobladores. Desde entonces, como si una maldición pesara sobre ese lugar, los ejércitos de todos los conquistadores de la historia pasaron por allí desde Alejandro hasta Gengis Khan.

Pero fueron las invencibles legiones romanas quienes dominaron tempranamente toda la costa del Adriático. En el año 168 a.C. fundaron ahí la poderosa provincia de Illycum, joya del Imperio Romano. Alguno de los más notables emperadores -como Aureliano, Diocleciano y Constantino I- fueron ilirios.

Al comienzo de la Era Cristiana, ya en el año 6, se produjo una sangrienta sublevación que Roma reprimió sin ninguna piedad. La orgullosa Iliria fue desmembrada por primera vez para dar lugar a dos provincias imperiales más débiles: la Panonia y la Dalmacia. La paz había huído de ese sitio para siempre.

En el año 395, a la muerte del emperador Teodosio, el Imperio Romano se dividió en dos partes, una al este (con capital en Bizancio) y otra al oeste, con centro en Roma, regidas por dos de los hijos mayores del monarca fallecido. Los Balcanes quedaron en la parte oriental del Imperio.

A fines del siglo VI -cuando el Imperio Bizantino ya declinaba- comenzó la trabajosa expansión de los pueblos eslavos del Cáucaso hacia el sur. Los más audaces de esos grupos se infiltraron por "las montañas arboladas" y se apoderaron de la antigua Panonia romana. Llegaron hasta la Dalmacia y se afincaron en la zona costera. A principios del siglo VII toda la Iliria y la mayor parte de los Balcanes estaban en manos de estos harapientos eslavos del sur, antepasados de los actuales eslovenos, croatas y serbios. Pero la vida no iba a ser simple para esa gente.

Muchos, como los eslovenos, accedieron pronto a un alto grado de organización y en el 788 pasaron a formar parte del Imperio forjado por Carlomagno, a quien el papa, en el año 800, le otorgó el título de Emperador de Occidente. Los croatas, encerrados entre el poderoso mundo Carolingio y Bizancio, lograron poco a poco emanciparse y formaron un Estado Independiente bajo el reinado de un príncipe llamado Tomislav I (910-928).

Los serbios, por su parte, estaban divididos en dos grupos de tribus casi salvajes: uno de ellos se había establecido en Rascia y el otro en Zeta. Por esa época llegaron los búlgaros, que se establecieron en la antigua Dacia, más al este. Eran de origen turco, pero en contacto con los serbios se fueron eslavizando de a poco.

De esa forma se completó la ocupación de los Balcanes: los eslovenos en el norte, formando parte del Imperio Carolingio; en el centro los croatas, con su reino independiente; más al sur los serbios, divididos en dos grupos (uno de los cuales daría origen a los montenegrinos); y al este los válacos (después llamados rumanos, que todavía erraban con sus majadas por los confines de Albania y Macedonia). El resto de la península pertenecía al empobrecido Imperio Bizantino.

Todos estos eslavos eran paganos. Y lo mismo ocurría con los búlgaros y los rumanos. Bizancio y Roma rivalizaron en su empeño por evangelizarlos. Roma integró a su área de influencia a los eslovenos y a los croatas, que se convirtieron al cristianismo en el siglo IX. En cambio, Bizancio tuvo más éxito en el sur de los Balcanes gracias a la acción de dos monjes, los hermanos Metodio y Cirilo, originarios de Salónica, que hablaban perfectamente el idioma eslavo.

Los eslavos convertidos por Bizancio siguieron a la Iglesia Ortodoxa luego del cisma que se produjo en el año 1054. En ese momento quedó consumada la más completa "balcanización" de la región: una unidad geográfica (los Balcanes) y étnica (los eslavos) rota en decenas de países rivales separados por sus antagonismos de origen (de tribu) al que se agregaban ahora las diferencias religiosas.

Pero eso no es todo. En el siglo XIII, unificados por Gengis Khan, los tártaros de la Horda de Oro arrasaron Eslovenia, Croacia y Eslavonia. Cuando se retiraron, sólo quedó una tierra casi despoblada y calcinada por el fuego. Eso favoreció a los serbios, que pudieron agrandar sus fronteras: se extendieron hacia Albania y Macedonia y ocuparon, en lo que hoy es Croacia, la actual Krajina. Pero eran demasiado débiles para oponerse a los jenízaros turcos, convertidos en los nuevos poderosos invasores.

En 1371 Serbia cayó sin combatir y los otomanos (musulmanes) se apoderaron de toda la península balcánica. Se quedaron allí por espacio de quinientos años.
Pero en ese lapso su imperio se fue debilitando. En 1699 los turcos debieron ceder a la Casa de Austria los territorios de Croacia y Eslavonia. Toda la costa dálmata y el Peloponeso cayó en manos de Venecia y los Balcanes se convirtieron en un polvorín.  


Ucrania

la parte más occidental de las grandes praderas que se extienden a través de Asia hasta Manchuria, estuvo habitada por nómadas que desarrollaron una destreza artística sofisticada en el oro y la plata desde el siglo XVI a.C. (tumba Maikop en Kuban).

En el siglo XII a.C., fue ocupada por los cimerios indo-europeos que fueron desplazados en el siglo VII a.C. por otro grupo de tribus indo-europeas, los escitas (o Saka) que iban hacia el noroeste desde el Asia Central.

En el siglo III a.C., fueron también desplazados por otra ola de indo-europeos, los sármatas, que venían desde las llanuras al norte del Mar Aral y que tuvieron el poder hasta que fueron invadidos en el siglo IV d.C. por los hunos que hablaban turco (descendientes de los Hsiung-nu de Siberia).

Esta base cultural indo-europea y turca fue obscurecida por tribus de lengua eslávica que se expandieron hacia el este, oeste y sur de sus tierras originales al noreste de los montes Cárpatos en los siglos V y VI d.C.

Los eslavos occidentales se convirtieron en poloneses, checos y eslovacos, la rama sureña produjo búlgaros, macedonios, serbios, bosnios, croatas y eslovenos mientras que los eslavos orientales dieron vida a los belorrusos, rusos y ucranianos.

En el siglo VI, las tribus hechiceras Avar, cuya lengua era mongólica, se trasladaron desde las llanuras orientales, invadieron y asimilaron a los descendientes de los hunos de las hordas de Attila que hablaban turco, antes de avanzar contra las tribus eslávicas al norte y las tribus germánicas al oeste, donde fueron derrotados por los Francos en el año 562.

En el siglo VII, se aliaron con los persas contra Constantinopla y fueron desechados con numerosas bajas. Finalmente, fueron destruidos como fuerza mayor por Carlomagno en el Danubio a fines del siglo VIII.

Después de la decadencia de los Avar, era el turno de las tribus búlgaras y Mayar para dominar momentáneamente las llanuras al norte del Mar Negro hasta que las tribus turcas Khazar llegaron desde los alrededores del área que es hoy Chechenia en el siglo IX. Los eslavos que se habían establecido en Kiev, vencieron a los Khazar en el siglo X, sólo para darse cuenta que esto les abrió las puertas a los salvajes Pechenegs turcos y los aún más feroces Polovtsy (tribus turcas Qiptchak), que saquearon a Kiev en 1093.

Todavía faltaba lo peor, pues el nieto de Genghis Khan, Batu, devastó Ucrania en 1240 y tomó posesión de sus praderas para la Horda de Oro. Los mongoles adoptaron el Islam, se ablandaron, y fueron debilitados por la invasión de Lituania en el norte de Ucrania.

En el siglo XIV, los mongoles ya no eran una fuerza mayor y no pudieron evadir las hordas turcas de Tamerlane, quien arrasó con su capital Sarai en el Volga en 1395. Un siglo después la Horda de Oro de los mongoles se había desintegrado en varios khanatos pequeños que luchaban por sobrevivir contra el creciente poder de Polonia y los colonizadores cosacos que invadían las llanuras.

Ucrania era aún una tierra fronteriza, pero los días de los arqueros nómadas montados pasaron, en lo sucesivo, su historia se convertiría en una cuestión de luchas entre agricultores.

 

 
En gran príncipe de Moscú, Demetrio Donskói, con la ayuda de Sergio Radonezhski, había logrado mover a los rusos a la rebelión contra el yugo mongol. En 1380 se negó a pagar el tributo a la Horda de Oro, y el kan Mamai marchó a Rusia al frente de un ejército, dispuesto a tomar represalias, pero los rusos lo derrotaron en Kulikovo. Poco después Mamai fue derrotado también por Tuqtamis, el kan de la Horda Blanca, que se adueñó de la Horda de Oro.

Los eslavos se enfrentan a los fineses. Ambos solicitan la ayuda de los varegos (vikingos) que terminan apoderándose del territorio. Bajo Rurik se unifica el área septentrional en torno a la ciudad de Novgorod.

A mediados del S IX Askold y Dir siguen la ruta comercial que unía Bizancio con el golfo de Finlandia hasta Kiev. En 860 atacan Constantinopla siendo derrotados. Un hijo de Rurik, Oleg el Sabio unifica el territorio de Novgorod y el de Kiev convirtiéndose esta última ciuda en la capital del nuevo reino de Rus (nombre que los fineses daban a los varegos).

No obstante esta unidad se ve rota por las continuos repartos del territorio en sucesivas herencias. La riqueza de Constantinopla atrae distintas tentativas de conquista. Lo intenta Igor pero también él es derrotado.

No obstante, firma acuerdos comerciales con Bizancio que abren el camino a la influencia en todos los campos. Uno de ellos es el religioso. Olga, la viuda del príncipe Igor se bautiza. Sviatoslav comienza la expansión territorial de la rusia de kiev derrotando a los jázaros y a los búlgaros del Danubio. También él entra en guerra con el Imperio Bizantino pero, para no romper la tradición, es derrotado (972).

Uno de sus sucesores es Vladimiro I el Santo que, pese a su apodo, se convierte en un poderoso monarca gracias al apoyo de mercenarios varegos y por el expeditivo procedimiento de eliminar a sus hermanos. Llega a una alianza dinástica con Bizancio por su conversión al cristianismo y matrimonio con Ana, hermana del basileus Basilio II.

La influencia bizantina se intensifica. Se adopta el alfabeto griego modificado (el cirílico) para escribir la lengua eslavona, Kiev depende en cuanto a religión del patriarca de Constantinopla, la importancia comercial de Kiev como paso en la ruta de Bizancio al golfo de Finlandia aumenta aunque la mayoría de la población se dedica a la agricultura bien como campesinos libres (smerdy), semilibres (zakupy) o totalmente sujetos a servidumbre (jolopy).

Con el paso del tiempo, los boyardos (comerciantes y terratenientes) que forman el consejo del príncipe o druzhina irán apoderándose de las tierras y muchos campesinos libres terminarán convirtiéndose en jolopy por causa de las deudas contraídas.

No obstante, el principal problema para lograr una consolidación del reino lo constituye las continuas razzias de pueblos nómadas como los pechenegos y los cumanos. Pese a la victoria de Yaroslav el Sabio sobre los pechenegos (1036) la debilidad de la Rusia de Kiev es evidente.

Un nuevo intento de conquista de Constantinopla fracasa (1043). Se crea el primer código legislativo, la Russkaya Pravda pero nada de eso impide los saqueos continuos. Se produce la dispersión de la población que huía de los pillajes. El principado de Suzdal-Vladimir es uno de los destinos de los fugitivos (en su zona de influencia aparecen la ciudad de Moscú). Su príncipe Andrei Bogoliuvski saquea Kiev en 1169.

Para terminar de empeorar la situación, la conquista de Constatinopla por los cruzados supone el fin de la hegemonía comercial de Kiev en el mar Negro. Cuando llegan los mongoles (que en Rusia llaman tártaros) nadie puede resistirles y la mayoría de los principados rusos (la excepción principal es Novgorod) desaparecen y pasan a formar parte de la Horda de Oro fundada por Ogodei en 1251 e independiente de Karakórum desde 1260.

En Novgorod, Alexander Nevski consigue victorias sobre los suecos y los caballeros portaespadas que garantizan la independencia del principado. Su hijo Daniel se traslada en 1260 a Moscú y entable relaciones amistosas con los tártaros. Su hijo Jorge contrae matrimonio con la hermana del kan Uzbek. Su sucesor, Ivan I continúa la alianza con los mongoles y con su ayuda derrota al príncipe de Vladimir, Miguel de Tver, y es proclamado como Gran Príncipe (1328).

El metropolitano de la iglesia ortodoxa se traslada de Vladimir a Moscú. Dimitri Donskoy abandona la política familiar de pactar con los tártaros y da los primeros pasos (tanto políticos como religiosos) para forjar la independencia nacional. En 1380 derrota a los mongoles en Kulinovo.

Aunque los tártaros responden saqueando Moscú en 1382, para los restantes principados rusos queda patente que Moscú es el más importante y el que lidera la lucha por la independencia del poder mongol. Con su sucesor Vasili I, el principado de Moscú es casi independiente aunque todavía pague tributo a la Horda de Oro. Vasili II el Ciego inicia la expansión del principado.

Su autoridad se extiende a Riazan, Pskov y comienza su influencia en Novgorod. Además, en 1439 los rusos abandonan la iglesia ortodoxa griega por disconformidad con la nueva unión entre griegos y latinos (Concilio de Florencia) y se constituye en iglesia nacional. La caída de Constantinopla en 1453 supone que la iglesia ortodoxa rusa pase a ser la más importante del mundo oriental.

El proceso de expansión del principado culminaría con Iván III el Grande. Anexión de Novgorod (1478), de Tver (1485) y de Smolenko. En 1480 cesa de pagar el tributo a los tártaros con lo que abandona la última ficción de dependencia que quedaba.

Casado con la princesa bizantina Sofía se siente heredero del Imperio. Adopta símbolos como el águila bicéfala y el ceremonial de la corte de Constantinopla. Se proclama Zar de todas las Rusias y se considera representante de Dios en la tierra.

En estas fechas aparece un mito, el de la tercera Roma (la segunda Roma era, evidentemente, Constantinopla y la tercera Moscú) que no habría de ser tomada nunca al contrario que sus antecesoras. Para demostrar su dignidad, trae a arquitectos italianos para construir un palacio-fortaleza digno, el Kremlin.

La Horda de Oro se disuelve en una serie de kanatos de los que Kazan y Astrakan son anexionados a Rusia (1552-1556) por Iván IV el Terrible. La respuesta del kanato de Crimea fue una contraofensiva que acaba con el incendio de Moscú (1571) facilitada por los desórdenes internos creados por la persecución a los boyardos promovida por Iván IV y apoyada por la pequeña nobleza y la Oprichnina (milicia fiel al zar) y por las matanzas realizadas para acabar con cualquier intento de sedición (Novgorod, 1570). A la muerte de Iván el Terrible, Rusia se encuentra en la anarquía.

 

Los mongoles tienen su origen en una multitud de pueblos nómadas que vivían en las estepas de Eurasia desde una época imposible de precisar.

Estos pueblos son designados con el nombre genérico de turco-m. Entre ellos hay que señalar a los hunos, tócaros y yüan-yüan o primitivos m., y tibetanos. A finales del s. IV, los yüan-yüan, junto con otras tribus, destruyeron el imperio que los hunos habían creado en China septentrional. Después, al parecer, provocaron la emigración de una parte de los hunos (v.) hacia Europa, donde en el s. V sembraron el terror dirigidos por Atila.

En el s. VI, los yüan-yüan ocuparon los territorios que forman la actual Mongolia (v. MONGOLIA II). Es en esta época cuando los t'u-kiu, antepasados de los turcos que habían estado sometidos a los yüan-yüan, se sacudieron la tutela de éstos y formaron un imperio que tenía por centro el río Orjon en Mongolia. Pero entre finales del s. VII y el IX un nuevo pueblo asiático, el de los vigures, bastante civilizados por su contacto con China, sustituyeron a los t'u-kiu en Mongolia. Por eso hay que considerar a los vigures como los educadores de los m.

Sin embargo, otras tribus absolutamente bárbaras, como la de los kirguises, expulsaron a los vigures de Mongolia. En el s. X, los m. k¡-tan expulsaron, a su vez, a los kirguises, y se adueñaron de la China del Norte mientras la dinastía Song (v.) se mantenía en el Sur. En el s. XII, los Song, para desembarazarse de los k¡-tan, lanzaron contra ellos a nuevos pueblos bárbaros que los expulsaron.

Formación del Imperio mongol. Mientras tanto, varias tribus m. mezcladas con pueblos turcos vivían nómadas en las llanuras del lago Baikal, entre los montes Alta¡ y Khingan. En el s. X, los m. expulsaron de sus territorios a los turcos, forzándoles a retroceder hasta el río Yenisei. Las tribus m. estaban dirigidas por familias, unas veces aliadas y otras en lucha. Un cierto Temujin, perteneciente a una familia noble del clan de los baryigin, nacido hacia 1167, para atacar a la familia rival de los merkitas, consiguió la alianza de los m. keraítas. Pudo vencer así a sus enemigos. Esta victoria dio a Temujin tal prestigio en el seno de su tribu que fue nombrado jefe con el título de Gengis-Khan («rey océano»). Y poco después caudillo de todas las tribus de Mongolia.

En 1206, Gengis-Khan (v.), para legalizar su poder, convocó una Asamblea general (Kuriltai) de los distintos jefes m. Éstos le proclamaron soberano supremo considerando sus órdenes como mandato de Dios. La obra de unificación de las tribus que llevó a cabo Gengis-Khan se vio favorecida por la proximidad del Estado centralizado de China, a quien los m. tomaban como modelo, y por la noción de una misión divina de origen cristiano-nestoriano que se había superpuesto a la primitiva religión chamanista.

Parece ser que Gengis-Khan, convencido de que era un enviado de Dios, concibió desde un principio la idea de un dominio mundial. Para hacerla realidad, se empezó por establecer un código legal común a todas las tribus que antes tenían sus propias leyes. Este código, conocido con el nombre de Yora, defendía la seguridad de la propiedad privada y daba una amplia autonomía a la mujer.

Las primeras campañas las dirigieron los m. contra la China del Norte (v. CHINA IV). La guerra que comenzó en 1211 fue dura porque las hordas de Gengis-Khan desconocían el arte de los asedios. Por fin, en 1215, Pekín fue conquistada y destruida, después de lo cual el jefe m., dejando a sus capitanes en China, se volvió hacia el Turquestán.

El imperio de los kara kitai fue agregado a sus posesiones en 1218, con lo que el imperio turco del Kawaresm se convertía en vecino de Gengis-Khan. Gracias al empleo de máquinas de guerra tomadas de China y que los turcos desconocían, los m. se adueñaron en 1221-22 de Jorasán y Afganistán (v.), alcanzando las fronteras de la India. Al mismo-tiempo, conquistaron la parte oeste del Irán (v.), una zona amplia del Iraq (v.), librándose Bagdad por poco, y, en 1221, Georgia. Desde allí penetraron en Rusia a lo largo del mar Caspio; pero Gengis-Khan llamó a sus generales para atacar Asia oriental. Poco después, en agosto de 1227, moría a consecuencia de las heridas recibidas en una batalla.

Los sucesores de Gengis-Khan. En 1229 fue nombrado Khan supremo su tercer hijo Ogodai. Durante el gobierno de éste, se establecieron lazos comerciales con la India y se organizó minuciosamente el abastecimiento alimenticio de Mongolia a base de la riqueza agrícola de los Estados vasallos. De 1231 a 1274, los m. acabaron de exterminar a los kin; en China del Norte se comenzó el ataque al imperio de los Song; y fue ocupada Corea (v.).

En 1236, se desplegaron del norte del mar de Aral al mar Caspio. Al año siguiente, se apoderaron del reino de los búlgaros sobre el Volga y sometieron a los turcos kipchak de la estepa, cuyo dominio debía formar la futura Horda de Oro (v.). En 1238 Moscú fue saqueada y, en 1240, cayó Kiev. El avance continuó y los m. se apoderaron de Hungría después de espantosas matanzas. Así, en 1241,los m. dominaban del Volga al Danubio, Rusia meridional y el khanato de Kipchak.

A pesar de su ferocidad, los m. fueron tolerantes en materia religiosa. Durante el gobierno de Mongka (125159), se recibieron en Karakorum, capital del Imperio, misioneros de diferentes religiones: cristianos nestorianos, budistas y musulmanes. Igualmente, acudieron artesanos de Europa que se mezclaron a los chinos, iraníes y rusos. Karakorum se convirtió pronto en un enclave del comercio mundial, lugar de cita de mercaderes asiáticos y europeos, y el orden establecido en Asia por los m. permitió la reapertura de la antigua ruta de la seda, importante para la economía occidental.

Sin embargo, Mongka aspiraba, de acuerdo con el testamento de Gengis-Khan, a la dominación del mundo, y las conquistas se reanudaron. El primer ataque fue dirigido contra el califato de Bagdad, cuya capital cayó en febrero de 1258. Estos hechos fueron aplaudidos por los cristianos de Siria y Palestina, que preferían tratar con los tolerantes m. que con los musulmanes. Sin embargo, la muerte en China de Mongka y la hostilidad de los m. de Rusia meridional, que se habían convertido al islamismo, impidieron la conquista de Siria.

Los mongoles en China. En 1264 empezó la sistemática ocupación del imperio de los Song y, en 1277, China entera quedaba bajo el poder de los m. cuyo Khan trasladó la capital a Pekín, titulándose Emperador chino y fundando la dinastía Yuan (v.; 1280-1368). Desde entonces, China no fue considerada como una colonia, sino como el centro mismo del Imperio que, por otra parte, ya empezaba a desmembrarse: en Persia habían fundado un reino independiente y lo mismo en Rusia, con el nombre de Horda de Oro.

Los Khanes m., al convertirse en Emperadores de China, abolieron la antigua costumbre de su raza por la cual el jefe era elegido por una asamblea de altos dignatarios. Esta modificación disgustó a los señores m. que iniciaron, a partir de 1294, un periodo de rebeliones palaciegas. Por otro lado, comenzaron a aparecer sociedades secretas de carácter nacionalista que aspiraban a derribar la dinastía Yuan, cosa que por fin se consiguió en 1380.

Mientras tanto, en Persia, los m. continuaban su hostilidad contra el Islam, ayudados por las minorías cristianas (armenias, nestorianas, jacobitas); pero este antiislamismo los enfrentaba con sus hermanos de raza de la Horda de Oro. Por otro lado, a pesar de los deseos de Europa, los m. de Persia se sentían más atraídos por el budismo que por el cristianismo.

Esta situación cambió cuando, en 1295, Chazan, un m. de religión musulmana, se adueñó del poder. El budismo se desplomó en Oriente Medio y el cristianismo recibió golpes de los que no pudo recobrarse, ya que la islamización fue rapidísima. Por su parte, la Horda de Oro, o khanato de Kipchak, que se había independizado del Gran Khan residente en Pekín, por su conversión al islamismo, en 1382, saqueó Moscú, con lo que prácticamente toda Rusia quedó bajo su dominio.


Tamerlán

Esta fragmentación del imperio m. no iba a durar mucho tiempo. Hacia mediados del s. XIV, el khanato del Turquestán, de religión mahometana, se fragmentó entre numerosos señores feudales; pero uno de estos príncipes, Tamerlán (v.), después de haber dominado a numerosos señores, se proclamó rey de la Tranxosiana y colocó su capital en Samarcanda (1370). Tamerlán, considerándose sucesor de Gengis-Khan, puesto que el último Emperador m. acababa de ser expulsado de China, se lanzó a una formidable guerra de conquistas.

En realidad, en esos momentos no existía en el occidente de Asia ningún poder capaz de frenarlos. Entre 1379 y 1383, casi todo el khanato persa quedó subyugado después de horrendas matanzas. Después, atacó a la Horda de Oro arrasando el gran mercado de Sarai su capital y siguiendo hasta la península de Crimea, donde demolió las factorías genovesas. Pero en realidad lo que interesaba al conquistador eran las ricas ciudades de la India, Mesopotamia y Siria.

Así, en 1398, entró en la India destruyendo la magnífica urbe de Delhi. En 1401 se apoderó de Bagdad y, a continuación, tomó los grandes mercados de Alepo y Damasco que fueron entregados al pillaje. De esta manera, frente a Tamerlán sólo quedaba una potencia mahometana en pie: el imperio otomano. Y lo invadió destrozando al ejército turco en Ankara (1402). Poco después, cuando planeaba la conquista de China, le sorprendió la muerte (1405). Al pronto, su enorme Imperio, falto de organización, se deshizo.

Los 31 años que duraron las correrías m. produjeron la ruina de la cultura musulmana en Asia. Las ciudades caravaneras de Asia central decayeron. Las opulentas ciudades de Bagdad y Delhi y los mercados internacionales de Sarai, Alepo y Damasco quedaron aniquilados, con lo que las grandes civilizaciones de Asia central y de Asia anterior-indostánica, persas, mahometanas y griegas se vieron envueltas en una irremediable decadencia.

Fin del Imperio de Tamerlán. En Rusia, la Horda de Oro no había podido resistir el choque con Tamerlán y quedó fragmentada en varios khanatos enzarzados unos con otros en interminables guerras. En 1430 se creó el khanato independiente de Crimea; en 1445, el de Kazán; y en 1466, el de Astracán. Esta división fue aprovechada por el príncipe ruso de Moscú, Iván III (1462-1505), que terminó con los restos de la Horda de Oro, apoderándose de Sarai en 1501.

A partir de este momento, Rusia quedó liberada del yugo de los m., ya que sólo quedaron como reminiscencia de la antigua dominación los tres khanatos de Crimea, Kazán y Astracán, con una vida muy precaria. En Persia, desde la muerte de Tamerlán, los distintos clanes turco-m. iniciaron un periodo de luchas intestinas, lo que permitió a los iraníes crear un movimiento nacionalista que colocó como rey del país a Ismail, que pretendía estar emparentado con Alí, nieto de Mahoma.

Por lo que respecta a la India (v. INDIA V), a principios del s. xvi el jefe m. Baber construyó un imperio militarista que abarcaba toda la India del Norte. En este régimen, el sultán conquistador se consideraba propietario de todas las tierras, poseía un poder absoluto y estableció un régimen de explotación sobre las masas campesinas. Pero esta opresión sobre los nativos hizo que las ciudades y príncipes indios se acercasen a las colonias portuguesas de Malabar en busca de apoyo contra el «Gran Mongol».

Así, el imperio de Baber, al ser un Estado militarista, se derrumbó a su muerte dejando frente a frente, por un lado a los feudales m. y, por otro, a la población india que hacía causa común con los portugueses. Los restos del Imperio indo-m. desaparecieron rápidamente, pues los gobernadores de las provincias se fueron proclamando independientes aunque el nombre del reino del Gran Mongol subsistió durante mucho tiempo.

Incorporación de Mongolia a China. Después del hundimiento del imperio de Tamerlán, el Asia central había quedado exangüe y esto permitió que cayese en manos de tribus kirguises, de raza m., oriundas de la región de Aral. Habían ocupado éstos (1430) las tierras entre Ural y el lago Balhas, y 20 años más tarde, los calmucos (m. orientales), que vivían nómadas al SO de dicho lago, obligados por los desplazamientos que la migración de los kirguises habían producido en el Asia septentrional, también se expandieron fijándose en el Turquestán occidental, después de haber intentado inútilmente tomar la ciudad de Pekín.

En cuanto al Turquestán oriental, el renacimiento del comercio con China, a finales del XVI, obligó a los invasores m. a una vida sedentaria o a regresar a las estepas nórdicas. China, para salvaguardar la seguridad de los traficantes en sedería, extendió su protectorado por el país.

Por último, los lamas budistas de Pekín emprendieron la evangelización de los m., que aceptaron rápidamente la nueva religión. Con ello quedó apagado su ardor belicoso, iniciándose en una vida menos brutal que les llevó a estabilizarse y a dejar de constituir en el futuro ningún peligro. En los últimos años del s. xvii, Mongolia y Turquestán fueron anexionadas a China, aunque no todas las poblaciones m. fueron incorporadas, ya que muchas de sus tribus solicitaron el protectorado ruso formando hoy parte del Turquestán ruso, Siberia y de la Rusia meridional. Al estallar la revolución China de 1912, una parte de Mongolia (Mongolia Exterior) se declaró independiente; a partir de este momento, la historia de los m. se confunde con la de Mongolia.

 

La palabra turco fue registrada por primera vez en los anales chinos hacia el 1 300 a. C. donde aparece como t'ukitie. Las inscripciones de Orkhon del siglo VIH a. C. encontradas en Mongolia, hablan de un reunión de tribus bajo una sola autoridad contra el enemigo principal, los chinos. La religión de estos nómadas fue durante mucho tiempo el cha­manismo, una fe politeísta llena de tótems y magia. Gradualmente, algunas tribus adoptaron el budismo,  otras el mazdeísmo, el nestorianismo o el maniqueísmo (estas dos últimas ramas próximas al Cristianismo).

Los turcos pertenecían entonces al grupo de la raza amarilla, dentro de la cuál el género más cercano es el mongol. Un recorrido por el mundo   de  la  miniatura  turca   (ilustraciones   de manuscritos), nos llevará a ver el gran número de figuras que aparecen con esos rasgos, lo que indica que la población con estas características debió de ser bastante numerosa.

 

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